Este joven torero, es un niño prodigio, Marco Pérez sorprendió a todos con su desparpajo y su arte formó un auténtico alboroto en la plaza de toros de la Glorieta en un tentadero público. Llamó poderosamente la atención el manejo de los trastos, su claridad de ideas, la garra y la torería en un torero de tan corta edad. Fue la sensación de la clase práctica de alumnos de la Escuela Taurina de Salamanca.
El pequeño salmantino, de solo 7 años, mostró una valentía y un hacer de torero completamente impropio de su edad que levantó de sus asientos al numeroso público que se dio cita en La Glorieta y que vieron personificado en el niño el futuro de la Fiesta para Salamanca.
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