Andrés Roca Rey, encastado y sin regalarse nada en el tercero de la corrida, un manso que vio a su lidiador convertido en amo y señor del ruedo de la Santamaría. Ahí, en los bajos del tendido de sol, el peruano enseñó las razones de ser primerísima figura, más allá de las pobres condiciones de su enemigo. Espadazo y puerta grande por adelantado, la cuarta consecutiva en este albero.
Fuente; Cope
Bogotá (Colombia),
Plaza de toros La Santamaría
domingo 10 de febrero de 2019.
Lleno.
Toros de Juan Bernardo Caicedo
El Juli, silencio y dos orejas.
Luis Bolívar, oreja y oreja.
Andrés Roca Rey, dos orejas y palmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias