VIRACO TAURINO.

Un pueblo hermoso, con los vicios sociales de todo nuestro país. Dos tardes de toros, que trataron de ser formales y que cumplieron con creces las expectativas de muchos. Pero a veces no se puede contra la ignorancia, y esa falta de identidad nacional y el amor a la Patria, fácilmente confundida con el chauvinismo de gritar goles de Paolo Guerrero y besar la camiseta blanquirroja cada 3 meses.

El alcalde de Viraco, Tito Valdivia se enteró de nosotros, y nos pidió poder ayudarlo en sacar adelante su idea de hacer 2 corridas de Toros, formales. Un pueblito de 3 mil habitantes regulares y que su plaza de toros es para 5 mil. Una pintura en medio de la sierra Arequipeña, cuya plaza de armas la corona una Iglesia de piedra blanca y un monumento al toro en medio de ella. Su escudo oficial  con un toro de lidia como símbolo, podría advertir tácitamente, aquí no hay espacio para un antitaurino. Aquí la afición es máxima, todos respiran toros, quieren ir a la plaza, llegan de los pueblos aledaños, bajan de sus chacras y llenan su plaza para 5 mil personas. Las entradas se agotan y no entra ni un alfiler.

La Municipalidad asumió el reto ya que no hubo cargo, y decidieron dar dos corridas de toros. Señores, 2 CORRIDAS DE TOROS, no anunciaron ni festivales, ni pachangas, ni corridas mixtas. Anunciaron 6 toros cada tarde para 2 matadores de toros. Eso quiere decir que tenían que ser profesionales con alternativa, como lo eran el colombiano Cristóbal Pardo y el peruano Paco Céspedes, para la primera tarde y el español Javier Corpas junto al peruano que repetía en la segunda tarde.

A pesar de los problemas que contamos, fueron dos tardes exitosas, muy buenas. Y quiero destacar al Peruano Paco Céspedes, un torero que tiene calidad, afición, y además ante cada adversidad su única palabra es, “vamos pa´ lante nomas”.

Que le cambian, el toro se malogra, que le sale el peor, que le ponen trabas. Siempre una sonrisa y pa´ lante. Es decir vive su profesión. Lástima que sea peruano, y digo lástima porque hasta el momento nadie le ha dado el lugar que merece. Además tiene un cañón en el brazo, muy seguro con el estoque.  Hace rato debería estar en Acho. Tiene tanto merito como Roca Rey, Simpson y Cubas.

Se lo dije, es un torero que fácilmente gusta al buen aficionado, dice lo que piensa, vive en torero. Y además con mucha pena se da cuenta como UN PERUANO ES EL PEOR ENEMIGO DE OTRO PERUANO.  Y sin embargo sigue para adelante.

Ya lo invité a la Peña y le daremos el reconocimiento que se merece, así como en su momento  se lo hicimos a Roca Rey, Simpson y Cubas. Paco Céspedes se ha ganado no solo unos nuevos amigos, sino también ha demostrado que está al nivel de competir de igual a igual contra cualquier profesional del toro peruano o extranjero. Con una virtud adicional mucha decencia, algo que en el mundo del toro anda perdido y es difícil encontrar.